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Ramón Urbáez
El jefe de la Policía Nacional, mayor general Manuel Castro Castillo, encabezó ayer las honras fúnebres del primer teniente Nellis Antonio Olivares Reyes, quien cayó abatido a balazos cuando una patrulla policial se enfrentó a un grupo de hombres armados en la carretera de Jarabacoa la mañana del 16 de agosto.
Los restos del malogrado oficial, quien fue ascendido postumamente de rango por el Presidente de la República, fueron sepultados en el cementerio municipal de San Víctor, en Moca, de donde era oriundo. El jefe policial valoró la vocación de servicio y compañerismo del teniente Olivares Reyes, y dijo que los responsables de su muerte serán arrestados y juzgado en los tribunales.
La misma tarde la Policía anunció que dos sospechosos habían sido arrestados y que le habían incautados varias armas, entre ellas la pistola robada al oficial, además de uniformes y pertechos militares.
En el ataque en que fue muerto el oficial, resultó herido el mayor Pedro Antonio Oviedo Viloria, quien dirigía la persecución de cinco hombres que vestían con ropa militar y policial, así como armas, para realizar chequeos de vehículos y personas en la zona de La Vega y Jarabacoa.
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