sábado, 22 de octubre de 2016

La Juventud de República Dominicana, nuestro futuro, nuestro testigo, nuestro olvido.


Por: Juan González

Como adultos y gestores de esta sociedad nuestras metas deberían ser la de proteger un futuro acorde para nuestra juventud y que tanto en el presente como en el próximo futuro debería nutrir y explotar el talento de nuestros jóvenes apoyándoles en vez de dejarles de lado, manteniendo un sistema donde consigue trabajo antes una persona con muchas conexiones o “enchufado” que un joven.



Aunque nuestro estado económico a nivel nacional no esté en las mejores condiciones y nuestra deuda externa sea amplia, actualmente tenemos un déficit en los principales sectores, desde la promulgación para nuestros empresarios emprendedores, hasta la obtención de trabajo de nuestros jóvenes, ya que vivimos en una sociedad donde los contactos lo son todo para acceder a los puestos de trabajo mejor remunerado y más en las zonas de sector turístico del país.


Después de que nuestro jóvenes se esfuerzan 12 años en la educación básica y media para poder obtener un acceso a la superior o sencillamente estar capacitados dentro de la educación y cultura general para poder “sobrevivir” ya que la vida cada día se hace más cara y más difícil, desde la obtención de un salario, hasta la comida, pasando por las necesidades básicas o de urgencia como puede ser la salud.

Mientras tenemos modelos de sociedad y gobiernos en países extranjeros donde la prioridad es la promulgación de una mejor educación para los jóvenes, donde tienen desde bolsa de trabajo nada más salir de la carrera universitaria, hasta seguridad social para los ciudadanos cubriendo las necesidades básicas como lo pueden ser los médicos, que aunque en nuestro país tenemos el Seguro “Senasa” que es proporcionado por el estado, nada más lejos de la realidad, solo cubre una milésima parte de lo que una familia de clase media-baja puede soportar bajo el valor de cotización de nuestra moneda y los “fantasmagóricos” salarios mínimos, que cada empresario pone a su gusto y antojo.

Desde abogados teniendo que ejercer de Moto-Taxi, hasta Doctores que como no tienen los contactos correctos no alcanzan los puestos de trabajos que deberían estar reservados para la motivación de nuestra juventud.

Un mal salario solo promulga la ineficiencia y la desgana a la hora de ejercer un trabajo con profesionalidad y seriedad, nuestros jóvenes, que ahogados por la sociedad decreciente en la que se encuentran, acaban utilizando medio los cuales se puede tachar de salidas de emergencia como los “estupefacientes”, los casos de drogadicción en nuestro jóvenes va en aumento por no tener una bolsa de trabajo accesible para ellos, las situaciones en la que nuestros jóvenes llegan a los extremos y acaban introduciéndose en trabajos de baja “moralidad” o sencillamente a delincuentes desde lo más bajo hasta más alto.

Debido principalmente a la escasez de información que tienen para acceder a mejores posibilidades y para complicar más la situación la tasa de natalicios dentro de nuestra sociedad por parte de adolescentes o parejas que no tienen ni la psicología y la economía para poder traer niños al mundo está en tasas inauditas para un país el cual tiene más problemas que soluciones y la tasa de crimen y feminicidios está por la nubes

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